lunes, 25 de abril de 2011

De Hadas y Brujas

El Bien y el Mal… La lucha infinita entre ambas fuerzas representada por la lucha entre hadas y brujas… Pero… ¿De dónde vienen estos seres fantásticos? Nosotros los conocemos gracias a los textos folklóricos, creados y modificados por el pueblo y el tiempo. Probablemente, el origen de su aparición en los cuentos e historias viene de las historias paganas, de las leyendas y de las múltiples historias que, a través del tiempo, se han convertido en lo que hoy conocemos como cuentos.



¿En qué se diferencian unas y otras? Las Hadas son buenas y nacen hadas, recordemos la historia de Lilith; y las brujas son malas y se hacen brujas, no nacen así, sino que lo deciden y aprenden las artes oscuras del Mal Absoluto: el Diablo. Esta es la diferencia fundamental entre ambas.





¿Y en qué se parecen? Pues en que ambas son mágicas y prácticamente todas, -tanto hadas como brujas-, son mujeres… Si recordamos lo que escribí sobre el machismo en el post anterior nos daremos cuenta de que tampoco en estos casos, -de hadas y brujas-, es correcto el tópico “machista” a los cuentos folklóricos.

Los roles que juega la mujer en los cuentos son tres:

* Princesa: es la adolescente, la protagonista, la que ha de llegar a la vida adulta… en la historia, -como decíamos en la entrada anterior-, lo que se cuenta es su viaje iniciático. Se caracteriza por la juventud y la belleza.




* Madre: es la mujer madura, tiene un papel importante, la reina, la que asegura la supervivencia de la raza humana… en muchas ocasiones desaparece porque ha cumplido su función.

* Madrastra: aparece tras la desaparición o muerte de la madre, refleja el odio hacia la princesa porque le recuerda que su tiempo ha pasado, que ya no tiene la belleza de la princesa… la imagen de ésta le recuerda el dolor del paso del tiempo y de la impotencia de no poder hacer nada.




A estos podemos añadir:

- Las Hadas, por su parte, no son uno de los roles típicos de la mujer, sin embargo, al ser joven y bella podríamos relacionarla con la princesa.


- Y las brujas, que se acercarían más al papel de madrastra.



Sin embargo, estas dos últimas no son las protagonistas/antagonistas de la historia como tal sino que ayudan –en el caso de las hadas-, y dificultan –en el de las brujas- el viaje iniciático de la joven protagonista de la historia.

En general estos cuentos les encantan a los niños, sobre todo por los personajes fantásticos que aparecen. Sin embargo, como futuras profesoras de Educación Infantil, debemos recordar que estos cuentos no están dirigidos específicamente a los niños, sino, más bien, a un público adolescente. Lo que podemos hacer, por tanto, es adaptar estos cuentos o historias a los intereses y al nivel madurativo y psicológico de nuestros alumnos, teniendo en cuenta que habrá de existir un personaje con el que se sientan identificados y que tanto el tiempo, como los espacios, como las situaciones deben ser encuadradas en el contexto de los más pequeños para poder ser entendidas por éstos.

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